Una Boda en Belfast

Ya sabes que mi experiencia viajando por el extranjero comenzó hace unos años, exactamente en el verano de 2014. Me quedaba un mes para terminar mis estudios cuando me compré mi billete de ida a la ciudad de Galway.

 

 

Mi objetivo era darle duro a mejorar mi nivel de inglés, que por aquel entonces era bien básico. Mi plan era estar todo el verano mientras encontraba un trabajo que me permitiera seguir viviendo allí durante un año. Al final, el trabajo que encontré sería en Inglaterra y tendría que decir adiós a esa maravillosa ciudad que tanto disfruté. Aunque vivir en Londres siempre lo había tenido en mi wish list, así que aquel puesto de trabajo sería mi primer paso para llegar allí.

 

 

Así que durante esos 3 meses estuve haciendo distintas actividades, no sólo para reforzar mi nivel de inglés, sino además para aprovechar al máximo mi experiencia allí. Una cultura que me fascinaba por momentos y una gente que es aún mejor. Los irlandeses siempre te dan la bienvenida por donde quiera que vayas y siempre están para echarte una mano.

 

En fin, que me voy del tema.

 

Porque en este post lo que quiero contarte es que durante esos meses y a parte de viajar por los rincones de aquella parte de Galway, participar en eventos y colaborar con asociaciones, fuí invitada a una boda en Irlanda del Norte. Y más abajo te cuento además sobre mi ruta turística por la ciudad de Belfast.

 

Cómo empezó todo

Era un día cualquiera, bueno no tan cualquiera porque aquel día el sol pegaba fuerte y salí a la terraza con «mi madre irlandesa» a disfrutarlo.

 

Mi teléfono empezó a sonar, era mi hermano quien me contaba que el novio de la boda que se celebraría en Belfast me invitaba a mi también a participar de su gran momento.

 

El novio es un buen amigo de mi hermano; un español que se enamoró de una chica de Belfast.

 

Así que no fuimos de bodorrio.

 

Ya ves la foto de portada es uno de esos momentos divertidos. Aunque la cola que había merecía una foto en sí también. Recuerdo que la decoración era impresionante. Bajo una primera carpa tendríamos el aperitivo, lleno de camareros por todos lados. Y bajo una segunda carpa tendría lugar la cena, la cual estaba llena de luces pequeñas en el techo. Mejor aún, y al final de estas dos carpas, se encontraba la «terraza» con unas vistas espectaculares a los acantilados norirlandeses.

 

Pero como el llegar hasta Belfast no era realmente un viaje sencillo, decidí aprovecharlo todo lo posible. Abajo te presento el planning que me hice:

– Tiempo: 2 días (sábado y domingo), 1 noche
– Transporte: autobús
– Cómo llegar: Galway – Dublín – Belfast
– Tiempo: alrededor de 6 horas
– Cosas que ver y hacer: muro de Belfast, barrios católicos y protestantes, pasear por el río Lagan y Titanic Belfast (el museo donde te cuentan sobre la construcción del Titanic, fue inaugurado en 2012)

 

Comienza mi expedición

Teniendo en cuenta que tenía la tarde del sábado, antes de ir a la cena de preboda, y el domingo por la mañana, antes de la ceremonia, tuve que ser rápida en mi expedición. Donde más tiempo pasé fue en el muro de Belfast y paseando por los barrios de los protestantes y de los católicos. Es, sin lugar a dudas, lo que más me sorprendió.

 

No sé si conoces la historia, pero en pleno siglo XXI sigue habiendo un muro, al que llaman «El Muro de la Paz» entre dos barrios: por un lado están los protestantes (donde puedes encontrar la famosa Shankill Road) y por el otro lado, los republicanos católicos (donde puedes encontrar la Falls Road).

 

Durante mucho tiempo aquellos barrios estuvieron llenos de guerras, tiroteos y muertes. Fue entonces cuando en 1998, se firma el Acuerdo de Viernes Santo para poner fin al enfrentamiento armado. Lo que separa a esos dos barrios es que unos defienden que Irlanda del Norte siga siendo parte de Reino Unido y aquellos otros que defienden que sea un territorio independiente o se una a Irlanda.

 

Paseando por el muro, cuya puerta que une ambos barrios es cerrada a las 6 de la tarde, representa a través de imágenes las batallas, heridas, y situaciones varias del pasado. También hay partes donde se honra a las víctimas.

 

A día de hoy es reclamo turístico, y gente de muy lejos van a Belfast solo a ver esta parte de la ciudad.

 

Recuerdo que me contaron que hay turistas que llegan en los taxis negros y que algunos de ellos también hacen de guías turísticos y les cuentan historias. Yo recuerdo ver a muchos taxis negros llegando al muro y algunos otros por los alrededores, pero no lo supe en primera persona porque me lo recorrí andando y llegué hasta esos barrios desde el centro de la ciudad en unos 20 minutos.

 

Conclusión de mi fin de semana en Belfast

Probablemente lo que más me dejó sin palabras es el ver que aún parece haber ciertas discrepancias en el ambiente. Fue una sensación un tanto intimidante al ir paseando por aquellas calles. Y esto justo lo contaba en la cena de preboda, las sensaciones que me habían provocado. Fueron todos los que me dijeron que así es, y que cómo se me había ocurrido ir sola (bueno, ahí yo tampoco te diría que si quieres hacerlo solo, no hay tanto problema).

 

Eran las 7 de la mañana cuando me dirigía de vuelta a Galway y mi hermano de vuelta a Valencia, ¡quien se casaría dos semanas después!

 

Fue una locura de viaje, pero cuanto menos divertida y llena de experiencias.

 

¿Y tú también has estado allí?, dime, ¿¡qué te pareció!?

 

Un abrazo,
Rocío Eme~

 

 


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Rocío de Fresas con Kiwi

Inmigrar a otros países cambió mi vida. Vivir, trabajar y sobrevivir a los cambios constantes fueron parte de mi. Reinventarme, también. Tengo cierta inquietud y una inmensa curiosidad por la escritura, la comunicación y la creatividad en general. De ahí nace Fresas con Kiwi en 2019 - #VitaminsProject : un proyecto inyectado de dosis de vitaminas para el desarrollo profesional y personal.